Francisco Rojas, Neurocirujano:
“Cada vez recibimos más pacientes y eso complica la resolución de cirugías electivas, ya que son personas que llegan graves y algunas ocupan camas UCI”
En 2008 el Doctor Francisco Rojas llegó al INCA para realizar una Estadía de Perfeccionamiento en Cirugía Vascular y Base de Cráneo. En ese entonces ya había cursado Medicina en la Universidad de Los Andes y realizado la especialidad de Neurocirugía en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile. Si bien comenzó a trabajar en el Hospital Sotero del Río, decidió hacer una Estadía en 2011 de Cirugía de Epilepsia en la Universidad Bonn, en Alemania, desde donde regresó al año siguiente a trabajar en el Sotero del Río, para luego volver al Instituto en 2015. Desde entonces trabaja en el INCA, tanto en Neurocirugía Adultos como en Urgencia, donde la exigencia y necesidad de rápida resolución es clave.
“El INCA es un centro de derivación nacional con un alto volumen de pacientes y uno ve una gran diversidad de patologías, con lo cual la experiencia es muy rica”, comenta el profesional. Por ejemplo -relata-, todos los días en la mañana hay reuniones donde se revisan los casos de pacientes hospitalizados como ingresos de Urgencia, a lo cual se agregan las reuniones semanales de neurooncología y columna, lo que permite generar una alta experiencia.
“Además destaca la relevancia de ser un servicio público, porque podemos brindar atención de calidad a pacientes que no tienen la posibilidad de elegir dónde atenderse y entonces uno trata de hacer el mejor trabajo posible”, detalla el profesional.
¿Qué patologías son las más relevantes que atiende en su rol en Urgencia y Neurocirugía Adultos?
Principalmente tumores cerebrales que llegan de manera ambulatoria o muchas veces a través de Urgencia cuando están descompensados y que, por lo mismo, son casos que hay que resolver en forma rápida. Prácticamente en todos los turnos uno ve pacientes con tumores que ingresan por esa vía. Adicionalmente, también vemos trauma y hemorragia subaracnoidea por aneurisma roto, entre otras patologías.
Lo relevante es que en el Instituto tenemos todos los recursos para resolver ese tipo de patologías, como, por ejemplo, el neuromonitoreo intraoperatorio en algunos casos, para tratar de preservar la funcionalidad de manera que el paciente tenga la mejor calidad de vida posible desde el punto de vista funcional en el postoperatorio. También contamos con patólogos que tienen mucha experiencia, con un buen servicio de Neurorradiología, lo que permite bastante retroalimentación con los otros especialistas: uno puede conversar con ellos y discutir los casos, de manera que todos vamos aprendiendo.
Eso es lo más interesante y lo mismo ocurre también en el ámbito de epilepsia, donde se trabaja en un equipo en que hay neurólogos adulto e infantil, especialistas en neurofisiología, siquiatra, neuropsicólogo, TENS capacitados en neurofisiología y también se realizan reuniones para debatir los casos. De esta forma, seleccionamos aquellas personas que sean candidatas a tratamiento quirúrgico, ofreciéndoles a pacientes con epilepsia refractaria, que no responden al tratamiento farmacológico, una alternativa que en algunos casos puede dejarlos sin crisis o disminuir la frecuencia de crisis, de manera que tengan una mejor calidad de vida.
Este hospital dispone de todo lo necesario para este tipo de cirugía, obviamente que siempre hay cosas que se pueden optimizar, pero todos tratan de hacer lo mejor posible con los recursos con los que cuentan, eso es una característica del INCA.
“Contamos con patólogos que tienen mucha experiencia, con un buen servicio de Neurorradiología y existe bastante retroalimentación con los otros especialistas: uno puede conversar con ellos y discutir los casos, de manera que todos vamos aprendiendo”
¿Qué exámenes son necesarios o qué instrumentos se requieren en pabellón para abordar estas patologías?
En el caso de los tumores del sistema nervioso o neurooncología tenemos reuniones semanales en que participan neurocirujanos, oncólogos, radioterapeuta y neurorradiólogo. Además, contamos con el apoyo de Pamela Mejías, la Enfermera Gestora de la Unidad de Oncología, que tiene una gran disposición para apoyarnos y que no se pierda el seguimiento con los pacientes para citarlos luego de las reuniones de oncología, lo que es muy relevante cuando hay un tratamiento complementario que realizar y poder coordinar la derivación adecuada. Esto, pues muchos pacientes se operan acá pero cuando requieren un tratamiento complementario, como radio o quimioterapia, se debe coordinar con su centro u hospital base para que se pueda llevar a cabo. Son hartos elementos que deben conjugarse para hacer un buen trabajo.
En los casos de cirugía de epilepsia no solo se requieren insumos, sino que también el equipo humano, que es fundamental. Obviamente necesitamos microscopio y, en algunos casos, grillas, etc., pero también en algunas cirugías requerimos que participe un profesional de Neurofisiología; después es importante el patólogo para realizar el diagnóstico de la lesión que se reseca y luego también las imágenes, como resonancia magnética, que son muy relevantes para llevar a cabo un seguimiento de los pacientes. Así, en el caso de los tumores, podemos ver si quedó algún remanente de este o cómo fue la resección de la lesión.
En cirugía de epilepsia es muy importante el seguimiento postoperatorio para evaluar los resultados tanto en términos de control de crisis como estado funcional del paciente, por ello existe seguimiento por parte de un equipo conformado por neurocirujano, neurólogo, psiquiatra y neuropsicólogo.
¿Qué avances podrían impulsarse en sus áreas de quehacer neuroquirúrgico?
Sería importante a futuro contar con un neurooncólogo en el hospital, porque cuando los pacientes requieren manejo neuroncológico posterior a la intervención hay que derivarlos a otro centro.
En el caso de la patología tumoral se ha mejorado el estudio con los marcadores moleculares, que es fundamental para el diagnóstico histopatológico y a futuro se requerirá ir optimizando.
En el caso de la epilepsia todavía la cantidad de pacientes que recibimos no es el número que por la realidad debiéramos recibir, pero eso es algo que se da a nivel mundial. Debiéramos recibir más pacientes y poder tener monitoreo 24 horas, porque hasta hoy este se hace solo de manera diurna. Además, a futuro debiéramos ir desarrollando el tema de los electrodos profundos que es necesario en algunos casos.
“Es clave el trabajo en equipo, ya que como son patologías de alta complejidad requieren un buen estudio preoperatorio, tener los recursos adecuados del pabellón y, posteriormente, hacer un buen seguimiento o control”
¿Qué retos principales enfrenta la Urgencia?
El reto es que cada vez recibimos más pacientes y eso complica la resolución de pacientes electivos, ya que son personas que llegan graves y algunas ocupan camas UCI. En los turnos recibimos muchas referencias de patologías complejas que van retrasando las otras intervenciones.
También sería ideal contar con la posibilidad de tener más reemplazos, porque la carga es alta y cuando hay vacaciones se hace difícil contar con un reemplazo, lo que se está intentando solucionar.
Sin duda, es necesario tener mayor disponibilidad de pabellones, de camas de pacientes críticos y contar con nuevas tecnologías como microscopios nuevos, porque estos tienen ya un alto uso y es necesario renovarlos.
¿Y qué fortalezas destacaría?
Una de las fortalezas que tiene el INCA es que, en general, a todos los equipos les gusta su trabajo, tienen buena disposición, trabajan bien en forma colaborativa y uno puede aprender mucho, lo que para mí es un gran incentivo. El personal es comprometido, los cirujanos quieren operar y resolver sus casos y la gente de los distintos equipos, ya sea Radiología, Neuropatología, Kinesiología, Rehabilitación, Neurofisiología, etc., valora su trabajo y trata de optimizarlo.
Otra fortaleza es que en general la percepción de los pacientes acerca del Instituto es buena, muchos que se atienden en otros centros de referencia tratan de venir acá. Obviamente, esto hace que a veces el hospital reciba un volumen mayor de pacientes que el que debiera recibir, por lo que también es bueno potenciar otros lugares.