Equipo de Anestesiólogos
Preparados para situaciones extremas
La Doctora Marcela Olmedo y el Doctor Daniel Rivas son dos de los profesionales que integran el Equipo de Anestesiólogos del Instituto de Neurocirugía, un grupo que ha ido fortaleciéndose y evolucionado según las nuevas técnicas y tendencias del área, que sin duda tiene un rol fundamental para la Neurocirugía.
“Estudié Medicina en la Universidad de Chile y me recibí en enero de 1992, luego cursé la beca de especialidad en el Hospital San Borja Arriarán, que terminé en 1995. Entre medio, fui mamá y pasé por el INCA (año 94) viviendo una experiencia súper interesante”, recuerda la Dra. Marcela Olmedo, sobre su primer vínculo con el Instituto. Agrega que “la UCI en ese momento era muy extrema porque había una mirada un poco más expectante en la terapia de algunas cirugías que hoy se hacen de urgencia, pero me gustaba, era muy dinámico y el anestesista tenía un rol fundamental”.
Cuando la Doctora se incorporó al Equipo de Anestesiología del hospital, el Dr. Daniel Rivas ya ejercía como anestesista. Él entró a estudiar Medicina en el año 1975 en la Universidad de Chile y cursó su especialidad en el Hospital del Salvador, sumando ya 41 años como médico del INCA, donde ha desarrollado toda su vida profesional. “Es mi único lugar de trabajo con contrato, donde he hecho turnos en Urgencia y en la UCI”, relata.
Además, recuerda que cuando llegó a desempeñarse al INCA, el equipo de Anestesiología solo estaba compuesto por tres profesionales, siendo el Dr. Daniel Rivas el profesional más joven en ese entonces.
“En ese tiempo, no había residente de UCI, por lo que los mismos anestesiólogos que estábamos en pabellón nos turnábamos para hacer pabellón una semana y a la siguiente UCI, pero en horario diurno y el anestesiólogo que hacía turno se encargada de la UCI en la noche”, comenta.
¿Cómo es un día normal en el servicio de pabellón? ¿Uds. participan en la entregar de turnos, por ejemplo?
M. Olmedo: Debiéramos participar en la entrega de turnos, sobre todo en la Urgencia, pero el tiempo no nos alcanza. Lo que apremia en la mañana, es que los pacientes ingresen a pabellón y para eso debemos preparar las cosas para iniciar la anestesia.
Como ha sido un tiempo de cambios en pabellón, sobre todo en el tema de personal, la gente todavía está centrada en aprender bien la dinámica, conocer bien los materiales que necesita o las bandejas que debe preparar, así como las técnicas del anestesiólogo que asistirá. Ha habido mucho recambio de personal y esa adaptación toma tiempo. Por eso, lo primero es la partida de los pabellones, lo que tiene que ver con el paciente, el personal y los materiales que se necesitan.
¿Cómo es el trabajo con los neurocirujanos?
D. Rivas: En general nos llevamos bien con los neurocirujanos, no tenemos problemas. Si debemos decirles que no haremos una cirugía, entregamos las razones médicas y las aceptan.
Esto, pues si bien no tenemos injerencia en los pacientes que se ponen en la tabla quirúrgica que elabora el neurocirujano, sí la tenemos y absolutamente en si ese paciente puede recibir o no anestesia, es decir, si está en condiciones reales. Para eso se hace la visita preanestésica y los anestesiólogos decidimos si el paciente está en condiciones al día siguiente de recibir anestesia, se deben hacer mayores estudios o postergar por otros motivos. Esa labor nuestra es fundamental.
Hay distintos tipos de anestesia, ¿cuál es la más compleja?
M. Olmedo: Cualquier paciente puede ser complejo. En este hospital no hay que pensar en que hay casos fáciles. A veces existen cirugías que puedes pensar: “Es una HNP (hernia), algo simple”, pero esa cirugía en esa posición se puede complicar y transformar en una catástrofe. ¿Por qué? Porque tienes un paciente que está decúbito ventral y si por alguna razón se rompe un vaso grande y el paciente sangra, se transforma en una cirugía hipercompleja tanto para el cirujano como para nosotros.
Creo que todo puede ser complejo y se debe mirar así: estar preparado para situaciones extremas porque pueden y suelen ocurrir. Eso implica esta especialidad, estás muy expuesto a que los pacientes lleguen a extremos y requieran demasiado del anestesiólogo y del cirujano, por supuesto. Es altamente delicado todo lo que se hace.
Ahora, por definición son mucho más complejos como pacientes los niños porque naturalmente son más frágiles y, por lo mismo, los ancianos también.
Cuando llegan nuevos anestesistas toman cirugías más simples…
D. Rivas: Claro y se van paulatinamente a cirugías más complejas porque tienen que llegar a hacer de todo y para eso están capacitados, pero parten con las de menor complejidad.
“Como anestesiólogo todo puede ser complejo y se debe mirar así: estar preparado para situaciones extremas porque pueden y suelen ocurrir”
¿Como es para Uds. vivir este ámbito de la docencia?
D. Rivas: Yo no lo miro como una obligatoriedad porque toda la vida este ha sido un hospital docente y hemos recibido becados hace muchos años, así que es parte natural de nuestra actividad y de esa forma lo percibimos.
Desde su especialidad como anestesiólogos, ¿que está pendiente y se puede mejorar en el INCA?
M. Olmedo: Puedes pensar en los recursos físicos y humanos. Tenemos siempre avances e incorporamos hace poco el monitoreo de la profundidad anestésica, pero también necesitamos monitorizar otras cosas, como la oxigenación cerebral, lo que que debiéramos ir integrando en el curso del tiempo e implica recursos físicos, como renovación de equipos, que es altamente costoso.
Por supuesto, también significa recursos humanos. Somos un grupo con algunos profesionales en edad de retiro, por lo tanto, necesitamos ir renovando nuestro equipo, además de desarrollar la especialidad en otros ámbitos, como el manejo del dolor; el policlínico, que requiere tener más horas de evaluación preanestésica; y la medicina perioperatoria, que también se desarrolla en torno al anestesiólogo y busca brindar las mejores condiciones de seguridad a los pacientes antes, durante y después de la intervención quirúrgica.
Entonces hay varias cosas en las cuales estamos un poquito al debe, pero esto también tiene que ver con que somos el número justo de anestesiólogos. El día que seamos más y esté el recurso físico podremos desarrollar esos otros temas.
D. Rivas: Como institución pública estamos bien, pero si se requieren actualizaciones, a medida que va avanzando el conocimiento técnico y el anestésico, ya que se van usando otros equipos que nos interesa ir teniendo. Cuando tengamos el hospital nuevo se podrán hacer más cosas porque se han estimado más recursos.
¿Tuvieron la oportunidad de participar en la planificación del preinversional del hospital?
M. Olmedo: Sí en lo personal me gustó la mirada sobre la simulación, donde participó el Dr. Renato Chacón (Referente simulación HUAP), especialista en el tema y me parece que es un pilar en la parte de docencia del nuevo hospital. Es maravilloso. Además, obviamente nos permitieron aspirar a espacios para el grupo de anestesiólogos, que es súper importante.
Dr. Daniel Rivas, toda una vida en el INCA entregando Anestesia…
“En estos años, he podido ver el progreso en distintos ámbitos: cómo han cambiado los pabellones, así como han evolucionado las máquinas y la técnica de anestesia, los fármacos usados o monitorización de los pacientes”
¿Qué es lo más que destaca de su vida como anestesista?
Destaco cómo ha ido pasando el tiempo en esta institución; entregué toda mi vida profesional acá y eso realmente me marca. Cuando estaba en sexto año, antes de recibirme a los 22 años, ya venía al INCA y ahora que tengo 65. He podido ver el progreso en distintos ámbitos: he visto cómo han cambiado los pabellones antiguos a los nuevos, que son bastante buenos en tamaño y forma, así como han evolucionado las máquinas y la técnica de anestesia, los fármacos usados o monitorización de los pacientes. También he visto cómo han ido sumándose más profesionales e integrando a hacer turnos en la UTI.
Por todo eso, mi visión es que hemos ido evolucionando bien en el tiempo de acuerdo a los avances. Por supuesto nos quedan muchas cosas por hacer, pero hemos avanzado bien. Fuimos el primer hospital de la red pública de salud en incorporar la anestesia total intravenosa (TIVA). En ese tiempo, que era jefe del área, me interesaba mucho que entrara esa técnica acá porque operábamos cerebros y era lo que se estaba usando en otras partes. Es un método que ha ido progresando, ya que en un inicio lo acotábamos a cierto tipo de cirugías vasculares porque es muy caro, pero como ya se han masificado los fármacos y hay otros laboratorios y menores precios, ahora prácticamente lo usamos en todo tipo de cirugía.