Ignacia Valencia, Terapeuta Ocupacional del INCA:
“Como el Instituto es referente nacional en neurocirugía, los conocimientos que se llevan los estudiantes a nivel de neurorrehabilitación son enormes”
La docencia en el INCA se respira en cada pasillo. Es así como, por ejemplo, desde el área de terapia ocupacional, que forma parte, a su vez, del equipo de Neurorrehabilitación, transmiten sus conocimientos y experiencia a los alumnos de la carrera que llegan a realizar su práctica al Instituto, siempre apuntando a mejorar la calidad de atención que se da a los pacientes.
¿Quiénes son los estudiantes que pasan por formación en el INCA en el área de terapia ocupacional?
Son alumnos de la carrera de Terapia Ocupacional, que cursan quinto año y están haciendo su práctica profesional. Ellos se desempeñan en el INCA durante aproximadamente 8 a 9 semanas, dependiendo de la universidad, en jornada completa y son guiados por mí y mi colega. Es decir, tenemos dos estudiantes que, ya cumplida su formación, se rotan por otros dos, ya sea la Universidad de Chile o Universidad Andrés Bello.
¿Cómo se desarrolla la docencia desde esta área?
Como terapeutas ocupacionales acompañamos a los estudiantes en este proceso de aprendizaje para que se desarrollen como profesionales, entregando las herramientas o posibilidades para que se puedan desempeñar de la mejor manera. De esta forma, lo que hacemos es guiarlos con una base desde las neurociencias, enfatizando cuál es el quehacer del terapeuta ocupacional en el hospital, desde la Unidad de Paciente Crítico hasta ambulatorio, con un enfoque en Neurorrehabilitación, y cómo podemos fundamentar nuestra práctica con las bases neurocientíficas, apoyándolos además con la entrega de material de estudio. También realizan presentaciones de estudio de casos de pacientes que van conociendo en el hospital y de temáticas del ámbito de neurorrehabilitación.
¿Cuáles son las patologías más comunes que ven los estudiantes?
Hemorragia subaracnoidea, traumatismo encéfalo craneano, tumores del sistema nervioso central, traumatismo raquimedular, etc. En general nos enfocamos en pacientes que, producto de su patología, quedan con algún compromiso cognitivo, motor, o en su independencia funcional. Se busca lograr que después exista la mayor independencia funcional en sus actividades en la vida diaria y en su contexto o los distintos roles que desempeña el paciente, para que se reincorpore a sus actividades con la mejor calidad de vida posible.
¿Cómo ha sido tu experiencia personal en esta transmisión de conocimientos y rol docente?
Ha sido una muy buena la experiencia con los alumnos; es un desafío mantenerse, además, actualizados para poder apoyar a los alumnos de la mejor forma posible, lo que da un espacio para seguir creciendo como profesional. Destaco precisamente el hecho de verme enfrentada al reto de enseñar a otra persona, pero a la vez seguir aprendiendo constantemente.
“En el INCA podemos tratar a pacientes en etapa aguda, porque los vemos desde la UCI, lo que hace que sea una experiencia única para los alumnos y que el enfoque de todos los conocimientos que entregamos tenga una base científica o comprobada desde algún estudio, además de enfatizar desde nuestro rol la ‘humanización’ de los cuidados”
¿Qué sello cree que tienen la formación que entrega el INCA?
Como el Instituto es un hospital de referencia nacional en neurocirugía, los conocimientos que se llevan los estudiantes a nivel de neurorrehabilitación son enormes. Poder acompañar y tratar a muchas personas con patologías neurológicas desde etapas agudas hasta etapas crónicas, no es habitual en otros establecimientos de salud.
Adicionalmente, en el INCA podemos tratar a pacientes en etapa aguda, porque los vemos desde la UCI, lo que hace que sea una experiencia única para los alumnos y que el enfoque de todos los conocimientos que entregamos tenga una base científica o comprobada desde algún estudio, además de enfatizar desde nuestro rol la “humanización” de los cuidados. El rol de los terapeutas ocupacionales en el hospital es precisamente humanizar el trato que se entrega a los pacientes, no verlos solamente como una persona enferma, sino como alguien que tiene una historia, que tiene intereses, una familia, etc., y poder asimilar e integrar eso desde una temprana recuperación.
¿Qué mejoras se plantean en este rol docente?
Principalmente estas apuntan a perfeccionar e ir renovando la metodología, de manera de ayudar al practicante a interiorizar de forma más sencilla los conocimientos que uno puede entregar.
¿Cómo ha ido la interacción de esta área con el Laboratorio 3D?
Trabajamos con los alumnos de diseño del laboratorio, lo que es parte de este rol docente, donde aportamos con nuestra perspectiva de terapia ocupacional, orientándolos sobre el objeto que requerimos, transmitiéndoles para qué sirve, a qué usuario se enfoca; entonces ellos crean, lo muestran, lo revisamos y lo probamos con pacientes reales para ver si hay que hacer ajustes. Los estudiantes de diseño han desarrollado ayudas técnicas y material de estimulación, todo en pro de mejorar la calidad del tratamiento de las personas y su recuperación.