Proyecto Stroke
AVANZANDO EN NUEVOS RETOS
Atender a más pacientes de Accidente Cerebro Vascular (ACV) isquémico, poder contar con exámenes o estudios complementarios para avanzar en la identificación de sus causas y contar con una urgencia neurológica que pueda dar la primera atención al paciente, son parte de los anhelos que el equipo del Proyecto Stroke del INCA tiene en sus proyecciones.
El Doctor Cristian Amudio Leiva, Neurólogo Adulto, Médico Jefe del Servicio de Paciente Críticos del, es uno de los gestores del Programa Stroke, proyecto que se desarrolló para implementar el manejo del Accidente Cerebro Vascular (ACV) isquémico de urgencia en el Instituto.
“El objetivo era disminuir la brecha de atención de alta complejidad en el manejo del ACV en el Servicio de Salud Metropolitano Oriente (SSMO). Había quedado demostrado internacionalmente que la trombectomía mecánica es una herramienta de tratamiento eficaz para atender y tratar esta patología, y en el SSMO no existía esa alternativa, por tanto, los pacientes tenían que ir al sector privado o quedaban sin terapia”, explica el especialista.
En este sentido, la misión que se plantearon al desarrollar esta iniciativa, fue identificar esta necesidad, ver cuál era la capacidad operativa del Instituto y presentarle este proyecto tanto a las autoridades institucionales como al Servicio de Salud y, finalmente, a Fonasa.
Una UPC adaptada a los nuevos retos
“En el rol que ha tenido la Unidad de Pacientes Críticos (UPC) en el programa ha sido esencial el desarrollo de una Unidad de Terapia Intermedia, neurológica y neuroquirúrgica, con un médico neurólogo residente 24×7, para poder estar supervisando la indicación de la terapia de trombectomía, recibir al paciente de manera combinada y eficiente desde la red y poderle darle los cuidados post procedimiento que necesita”, explica el especialista.
Según el protocolo vigente, el neurólogo residente recibe la llamada desde los hospitales derivadores, selecciona el mejor candidato para recibir esta terapia, avisa a la enfermera y se coordina con el equipo de neurorradiología intervencional. Así se va preparando el camino para que este paciente sea recibido y cuando el procedimiento se realiza, el neurólogo lo evalúa nuevamente en forma inmediata en la mesa de operaciones y decide si puede continuar terapia en la Unidad de Intermedio o si necesita un manejo avanzado y requerirá ir a Cuidados Intensivos.
“En el transcurso de desarrollo del proyecto Stroke cerca de 250 pacientes han sido atendidos desde los Hospitales derivadores, siendo los principales el Hospital del Salvador, Hospital San Juan de Dios, Hospital San José, Hospital de Carmen, Hospital Félix Bulnes y Hospital Luis Tisné. Abarcamos casi todo el sector suroriente de Santiago, son 4,7 millones de personas las que se han visto beneficiadas con esta iniciativa”, detalla.
Evaluación constante del paciente
En la Unidad de Intermedio es clave la realización de una evaluación neurológica seriada, según relata el profesional. Es decir, el paciente debe tener evaluación clínica por horario. “Esto requiere un consumo de recurso humano muy intensivo. Tanto la enfermera como el médico están haciendo una evaluación neurológica continua del paciente, aplicando distintas escalas estándares. Así se determina nivel de conciencia, defecto motor o algún problema de tipo ventilatorio o hemodinámico, y, por otro lado, también el paciente está conectado a distintos análisis multiparamétricos, electrocardiografía, saturación, presión arterial continua, etc., que hacen que la evaluación de su condición sea permanente y permita pesquisar si hay o no alguna complicación derivada de la terapia que recibió”, señala el Doctor Cristian Amudio Leiva. El manejo del paciente con ACV, al ingresar a una unidad especializada, permite con elementos de poco costo, como la evaluación clínica, sospechar si hay o no complicaciones.
“Entonces el gran sello del proyecto es que brinda al paciente atención neurológica continua desde el momento en que se genera la emergencia hasta que, idealmente en 48 horas, retorna al hospital derivador, para continuar el manejo general del ACV”, enfatiza el profesional.
“nos gustaría ampliar la Unidad de Terapia Intermedia para dar cabida a más pacientes; contar con exámenes complementarios del ACV para avanzar en la identificación de sus causas; y con una urgencia neurológica para dar la primera atención al paciente con ACV, que podría ser implementada en la generación del nuevo Instituto de Neurocirugía”
Fortalezas
Según relata el especialista, en el Instituto existe un equipo multidisciplinario (paramédico, enfermera, kinesiólogo, terapeuta ocupacional, fonoaudiólogo y neurólogo, todos capacitados en el manejo de ACV), es decir, se cuenta con recursos humanos altamente formados y que en el transcurso del desarrollo del proyecto Stroke han alcanzado un alto nivel de experiencia. “Por otro lado, tenemos un territorio, el haber confirmado e implementado un área de Terapia Intermedia con 10 camas monitorizadas, con personal destinado de estos pacientes”, agrega el Doctor Amudio.
“Lo tercero es haber desarrollado investigación asociada al proyecto, que nos ha permitido analizar nuestra experiencia y poder confrontarla con otros estudios internacionales, e ir visualizando que nuestras hipótesis de manejo y resultado se ha visto contrastada de buena manera con la experiencia internacional, por lo tanto hemos podido demostrar que nuestro plan de manejo de ACV agudo mantiene los estándares de calidad mundiales, con iguales resultados a lo que podríamos encontrar afuera”, enfatiza el profesional. “Esos son los tres ejes con los cuales creemos podemos decir que la experiencia ha sido completamente satisfactoria para los pacientes, porque hemos quebrado la brecha, de falta de atención en este pequeño, pero significativo, grupo de pacientes”, señala.
Entre los retos que se proyectan, el especialista enumera tres aspectos principales. “En primer lugar, nos gustaría poder atender a más pacientes y, en ese sentido, un anhelo en el corto o mediano plazo sería ampliar la Unidad de Terapia Intermedia para poder dar cabida a más pacientes. Por otro lado, también surge una necesidad, contar con exámenes o estudios complementarios del ACV para avanzar en la identificación de sus causas; tenemos una brecha del punto de vista cardiológico: no contamos con un cardiólogo que realice ecocardiografías, entonces tenemos que derivar al paciente a su centro de origen para que le realicen este estudio complementario. Lo tercero es contar con una urgencia neurológica que pudiera dar la primera atención al paciente con ACV. Creemos que estoy podría ser implementado en la generación y creación del nuevo Instituto de Neurocirugía”, señala el Doctor Amudio. Adelanta que ya en el proyecto del nuevo hospital está incluida la ampliación de la UPC, tanto en Terapia Intensiva como Intermedia, está la generación de nuevos cargos de neurólogo y enfermera, “pero aún se encuentra en evaluación si vamos o no a generar una urgencia neurológica o seguiremos trabajando de manera coordinada con el Hospital del Salvador”. “Apostamos a tener mayor infraestructura para recibir más pacientes por más tiempo; hoy solo están 48 horas y retornan a su centro de origen para estudios complementarios y manejo subagudo del ACV”, añade.
Concientización, un pilar clave
El Doctor Amudio concluye destacando la relevancia de concientizar a la comunidad de que el ACV es la primera causa de muerte y discapacidad en adultos, que existen tratamientos de demostrada eficacia, como son la trombólisis y trombectomía, pero que tienen una pequeña ventana de tiempo para su efecto, y como tal hacen que la oportunidad de tratamiento de estos pacientes esté muy ligada al tiempo de inicio del ACV. Por lo tanto, para poder dar atención a más pacientes deberíamos tomar conciencia como ciudadanos de la importancia de esta enfermedad y estar alertas a sus síntomas. “Todos contribuir a tener nuevos canales de información, educación sanitaria desde pequeños a adultos y medidas de prevención primaria, evitando la hipertensión, obesidad, sedentarismo, pero fundamentalmente tener siempre presente que una persona que tiene asimetría en el rostro, un problema para emitir lenguaje o falta de fuerza en una mano, debe consultar de manera precoz y ser atendida de forma prioritaria en los servicios de urgencias del país. “Para que más pacientes puedan superar esta enfermedad y no queden con discapacidad debe haber consulta precoz y eso no lo lograremos lograr nunca si no existen campañas de concientización, educación, signos de alarma conocidos por todos y centros de salud habilitados y con el personal capacitado que permita atender correctamente esta patología”, enfatiza.